21/12/22

De nuevo solo

 


Ya me tienes aquí, de nuevo solo.

Otra vez me dejaron con mis miedos

colgados de un cordel

al sol de agosto.


Y van ya...no sé cuantas.

Pensé que a estas alturas de la vida,

y con las cuatro reglas aprendidas,

ya nadie más podría dejarme así,

tan solo, tan vacío.

Pensé que estaba ya curado de ternuras

y de amores humanos y divinos.

Y veo que no es así.


Que sigo derrapando en cada curva

de unas firmes caderas.

Que me sigo extasiando con el brillo,

culpable o inocente,

de una intensa mirada.

Que no puedo dejar de sonreír

ante cualquier sonrisa.

Que no aprendí, que no,

a separar el grano de la paja

en esto del amor.


Y por eso seguimos navegando,

mi soledad y yo,

por mares procelosos de sueños imposibles.

Por eso y porque nunca me gustó

navegar en cruceros refinados

de alta velocidad.

Esos que nunca atracan en puertos solitarios,

que te llevan directo al "paraíso" 

-anónimo y jovial-

del sexo sin amor,

donde dicen -los que ya regresaron-

que no existe el dolor ni la nostalgia

porque nada se juega el corazón...

 

Yo soy más de bogar a la deriva,

sin rumbo, sin destino, sin jarcias ni timón,

 impulsado tan solo por los vientos mudables

 que viven en las cumbres del amor.

 

4/10/22

Romance de la noche negra

 


                   Mis poetas: F. García Lorca

                Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada,1898-Viznar, Granada-1936)

                    La fuerza de su poesía me animó siempre a escribir de forma auténtica y ,sobre             

                    todo, a escribir con el corazón, como lo hizo él .Sirva este pequeño homenaje

                    para agradecer su generosa entrega a la poesía y al teatro durante toda su corta

        vida.

Fed


Romance de la noche negra.

Se oyen coplas escondidas 
en la noche de Granada.

”El corazón que tenía en la escuela 
donde estuvo pintada la cartilla primera,
¿está en ti, noche negra?” 


Coplas en la madrugada 
sobre cuerdas de guitarra.
Misterio, duende y pasión.
Y a la sierra de Granada,
se le enciende el corazón.

La copla vuelve a sonar…

”Pasaron cuatro jinetes 
sobre jacas andaluzas 
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras” 


¡Que ya vienen! ¡Que ya llegan! 
¡Traen el odio en sus miradas! 
¡Que ya llaman a la puerta! 
¡Que ya tu suerte está echada! 
Voces roncas por el llanto…

”Y a las nueve de la noche 
lo llevan al calabozo 
mientras los guardias civiles 
beben limonada todos”

Asomado a los barrotes 
de una celda oscura y fría,
vas repartiendo tus versos 
de muerte por los caminos.
Una luna blanca y seria 
te mira desde lo alto 
y llora por tu destino.
Lamentos de soledad…


”Era madrugada. Nadie 
pudo asomarse a sus ojos 
abiertos al duro aire” 


Bajo la luna de plata 
y entre los olivos verdes,
solloza la madrugada.
¡Ya te llevan, Federico,
por los caminos desiertos 
hacia la noche olvidada.
Y hasta los juncos del río
lloran lágrimas amargas 
que les regala el rocío. 
¡Ay, que se lo llevan, madre! 


“Cuando las estrellas clavan 
rejones al agua gris…
voces de muerte sonaron 
cerca del Guadalquivir” 

Escudos de yugo y flechas 
sobre camisas azules;
corazones prisioneros 
por el odio y la ignorancia,
apuntaron sus fusiles.
Una descarga cerrada 
resonó en la madrugada. 

La copla llorando va…

“Ay, qué camino tan largo!
¡Ay, mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera 
antes de llegar a Córdoba!”
 

Cuatro cuerpos inocentes 
besaban la tierra inerte 
sin saber por qué morían.
Las estrellas se encendían 
por el lado de poniente. 

¡Ay, triste noche sombría! 
Hoy, bajo la luna fría 
han dado muerte al poeta,
pero vida a su poesía. 



 

 

2/8/22

MAR TRANQUILO

 

 


¡No sé que tienen las olas

que brillan como diamantes

y arrullan a los amantes

que viven su amor a solas!

Y ríen las caracolas

mientras llora una guitarra;

al cante, doña cigarra,

flamenca y de talle fino:

 desde la copa del pino

su voz el aire desgarra.

 

El sol, cansado de cielo

se inclina buscando el mar,

el agua quiere besar

para sofocar su anhelo.

La tarde se peina el pelo

y sobre el mar lo derrama,

quiere meterse en la cama

antes que llegue la noche

con su risa, su derroche

 y su humor de joven dama.


Y es este mar apacible

el que me acerca a tus ojos

cautivos tras los cerrojos

de un amor inaccesible,

de un amor tan imposible

como el planeta lejano 

al que tendemos la mano

para sentir su presencia.

¡Ay, cómo duele tu ausencia

este tórrido verano!